Matisse en el Thyssen-Bornemisza (del 9 de junio al 20 de septiembre del 2009)
Pionero
del Fauvismo, (de la palabra francesa “fauve” que significa fiera), estilo del
que se le considera precursor. Proponía el uso del color en su estado puro y la
distorsión de las formas, imponiendo uno de los conceptos de este movimiento
“la no imitación”: No se plasma la realidad tal y como es y no se imita otros
estilos, es el color el autentico protagonista de estas obras. El Fauvismo es
sinónimo de: Luz, Color y Espacio y se le considera también la primera
corriente vanguardista del S. XX. Todas estas sensaciones y más son las que nos
brinda esta exposición. Se puede ver y
disfrutar de oleos, dibujos y esculturas,
todo ello abarca un periodo en la vida de Henri Matisse que va de
1.917 a 1.941, etapa de su vida que en
un principio inicio en Niza y en donde ya pasaría allí el resto de sus años; empezó
como una manera de alejarse de Paris y de aislarse de tantos acontecimientos, poder trabajar una vez mas con el caballete
una vez acabada su época de grandes dimensiones y volver a si mismo más intimo
y poder sacar todo lo mejor que durante años había estado haciendo. No todo el
mundo está de acuerdo y considera que esta época es la menos importante y al mismo tiempo menos
conocida.
La
exposición se divide en “ cinco tempos”:
1- Pintura
y Tiempo, 2-Paisaje, balcones y jardines; 3- Intimidad y ornamento;
4- Fondo y
figura; 5- Forma. El desnudo
Todos estos
“tempos” nos permiten apreciar los distintos estadios del artista, donde vuelve a sus Odaliscas, ya sean vestidas ó
desnudas, donde a través de la ventana y con la misma ventana como motivo, nos
muestra el dentro y fuera y como el mismo dice - “Siempre me han interesado las
ventanas porque son pasajes entre el interior y
el exterior “ –
Sus trabajos
como escultor siempre fueron como complemento a su pintura tan solo
realizo unas ochenta obras la gran mayoría en bronce pero también en madera y
escayola. El siempre se considero un pintor que esculpía, no un escultor, sin
embargo la sensualidad, la cadencia de sus formas casi siempre femeninas hacen
que su obra, una vez conocida no se olvide, aunque Matisse muchas veces lo considerase como “relevos de
la pintura en momentos de turbación o fatiga encaminados a resolver problemas plásticos”
Teresa
Sigüenza
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